Un adiós muy especial

Me he apuntado a un curso de parapente! Eso fue lo que nos comentó mi padre al resto de la familia. Atónitos todos, lo primero fue, ¿Qué es eso? ¿Eso triangular? que peligro!! Que guapo!!!!

Bastó un solo rato con esta familia para engancharme de lleno en el mundo del vuelo libre, y no, no era triangular ni rígido, era de tela y con una forma de media luna. Deseoso de tocar, ayudar y saber, no paraba de preguntar a los instructores, Alfredo y Javier Gil, hermanos bomberos y amantes de este deporte!

Un día con mi padre aun en curso, Alfredo me dijo: hoy vuelas tu! me dio un vuelo biplaza por el Valle del Jerte, con muchísimos pilotos, condiciones suaves y mintiéndonos en la nube, incluso pilotando yo! Y claro, con 17 años eso fue lo mejor que me había pasado en mi vida. Solo poner los pies en el suelo, le abracé y le dije: Alfredo, ¿Cuando empiezo? Aun recordando estos momentos me emociono...

En unos 15 días ya estaba recibiendo teoría y práctica en la campa de la mina, Cáceres, aprendiendo a levantar los pies del suelo, a sentirme libre!

Incluso antes de acabar el curso, mi padre se presentó con una vela, la de la foto! Nueva, flamante, un pepino! Ala hijo, a volar! Me dijo...

Han transcurrido más de 9 años, cada día, cada vuelo, cada despegue y aterrizaje ha sido especial y emocionante, cada conversación, cada "mentira" contada, cada emoción compartida me ha agrandado como piloto. Después de 9 años tengo que decir ADIÓS a mi primer parapente, un Swing Mistral 4, tantos momentos buenos, tantas situaciones complicadas resueltas con firmeza y seguridad, tantas inmejorables vistas desde ahí arriba, tantas emociones!

Sin duda, el parapente es un deporte muy muy seguro, por lo que pueda pensar el resto de la gente ajena a este mundo. Con una preparación excelente por parte de los instructores (Escuela Pangea), y además de diversos exámenes teórico - prácticos, existen en la actualidad velas homologadas, dependiendo del nivel del piloto, por lo que si eres prudente, no hay nada que temer, solo prepararte para disfrutar! Una vez acabado el curso, estás acompañado de excelentes personas, excelentes pilotos que te enseñan desinteresadamente, que te ayudan y que te asesoran y animan en cada momento, formando así el Club Parapente Extremadura, una gran familia sin duda.

Seguiré volando cada día mejor, eso es lo que espero! Pero sin duda, cuando te deshaces de algo que te ha dado tantas ilusiones es normal ponerse melancólico y sentimental.

Bueno que se me olvidaba, la Mistral no está muerta no!! Está en Alicante, una vez lavada la cara, se ha ido para la costa para ser pilotada por un alumno, novato como yo lo fui, lleno de ilusión y dispuesto a separar los pies del suelo, a descubrir que lejos de la tierra y del asfalto, se encuentran grandes emociones, aún por descubrir.